domingo, 26 de febrero de 2012

El “TEST DE LA GOLOSINA" O "MARSHMALLOW TEST"


El “test de la golosina” o “marshmallow test”,  es un experimento famoso que realizó Walter Mischel, un psicólogo de  la Universidad de Stanford, en 1960 con niños de 4 años, a los que les dio una golosina y les dijo que se la podían tomar, pero que si se esperaban 20 minutos sin comérsela, les daría otra. La mayoría de los niños decidieron esperar para obtener las dos golosinas. Pero no todos lo consiguieron.

Retrasar la gratificación instantánea por un bien mayor requiere de unas características mentales que no todo el mundo posee en igual grado.

Estudiando estos mismos niños años más tarde, se demostró que los niños que habían tenido más autocontrol natural, a la larga triunfaban más en los estudios y en la vida.

Adjunto un vídeo muy gracioso en los que se ve a los niños en el experimento luchando contra sus ganas de tomarse el caramelo.

domingo, 19 de febrero de 2012

PREFIERO Luis Bassat


Es un gran profesional del mundo de la comunicación. En un discurso de graduación de alumnos universitarios estuvo brillante con estas palabras:
Prefiero los modestos a los pedantes.
Los simpáticos a los antipáticos.
Los serios a los alocados.
Prefiero los alegres a los tristes.
Los optimistas a los pesimistas.
Los sonrientes a los malcarados.
Los atentos a los maleducados.
Prefiero los que tienen sentido del humor a los que no lo tienen.
Los que cuidan su presencia a los descuidados.
Los que prometen poco y cumplen a los que prometen mucho e incumplen.
Los altruistas a los egoístas.
Los generosos con los demás a  los trepas.
Los que saben compartir sus éxitos a los que los quieren para ellos solos.
Los que se preparan a los que improvisan.
Prefiero los que arriesgan a los que no son capaces de tomar el más mínimo riesgo.
Los que madrugan a los que trasnochan.
Los capaces de hacer equipo a los solitarios.
Los que disfrutan trabajando a los que sufren trabajando.
Prefiero los que saben divertirse a los que se aburren siempre.
Los que cuidan su salud a los que queman su salud.
Los que hacen deporte a los sedentarios.
Los que buscan crecer a los que prefieren enriquecerse.
Prefiero los que piensan a largo plazo a los resultadistas a corto plazo.
Los respetuosos a los irreverentes.
Los responsables a los irresponsables.
Prefiero los creativos a los burócratas.
Los despiertos a los dormidos.
Los activos a los pasivos.
Los que se avanzan a lo que les vas a pedir a los que sólo hacen lo que les pides.
Prefiero los que buscan soluciones a los que sólo encuentran problemas.
Los que saben usar su cabeza y su corazón a los que sólo usan su razón.
Los que ponen el alma en su trabajo a los que solo ponen su talento.
Los que viven lo que hacen a los vividores de lo que hacen.
Prefiero los que ayudan siempre a los que siempre piden ayuda.
Los educados a los impertinentes
Los que saben decir que no a los que siempre dicen que sí.
Los sinceros a los falsos.
Los que siempre están dispuestos a los que siempre están ocupados.
Prefiero los que saben escuchar a los que siempre hablan.
Los que defienden su punto de vista a los que se callan.
En definitiva, prefiero a los que tienen una buena actitud a los que no la tienen.

jueves, 9 de febrero de 2012

Lo que quiero ahora Ángeles Caso Magazine | 19/01/2012


Me ha encantado este escrito y me siento muy identificada:
           

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Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.

jueves, 2 de febrero de 2012

ROMERO SOLO de León Felipe


Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza
siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre
y sin pueblo…;
Ser en la vida romero.., romero...,
solo romero.
Que no hagan callo las cosas,
ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez,
una vez sólo y ligero, ligero,
siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie
a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa,
ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.

No sabiendo los oficios
los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera...
menos un sepulturero.

Que no hagan callo las cosas
ni en el alma ni en el cuerpo…
pasar por todo una vez,
una vez sólo y ligero,ligero,
siempre ligero.
Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto…
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

miércoles, 25 de enero de 2012

Las cuatro "E" que se valoran en un trabajo

Una amiga me contó que lo que más se valora en una persona que busca empleo son las  cuatro “E”s:
EQUILIBRIO: no se busca solo que sean los mejores estudiantes y  que sepan idiomas. Esto se da por supuesto. Se busca que tengan además habilidades sociales y un conjunto de cualidades que componen una persona completa.
ESFUERZO: que tengan capacidad de salir adelante en las dificultades poniendo un esfuerzo suplementario en momentos de necesidad.
EQUIPO: que sepan trabajar en equipo es fundamental. Hoy en día no podemos hacer nada solos.
EXPERIENCIAS: que hayan hecho algo más que les diferencie: voluntariados, hayan participado en alguna asociación, hayan viajado…

jueves, 19 de enero de 2012

Entrevista de Eduard Punset con Ken Robinson, experto en creatividad

Salió en un programa de TV 2, redes 2.0.
Me parece muy interesante. Ken Robinson es un experto en creatividad y nos habla también de la importancia de encontrar aquellos que nos apasiona para disfrutar en la vida y en nuestro trabajo.

Todos poseemos un talento, todos tenemos la capacidad de ser creativos; y la mayoría vivimos sin saberlo, convencidos muchas veces de que el creativo es aquel que sabe componer melodías, o escribir una poesía.
Ken Robinson reclama en este capítulo de Redes la necesidad de que en nuestra sociedad existan entornos donde cada uno pueda encontrar la inspiración necesaria para desarrollar su creatividad.

La creatividad se aprende igual que se aprende a leer.
Ken Robinson

Eduardo Punset:
Probablemente lo que sugieres es que no solamente tiene que cambiar el sistema educativo sino también las personas: el sistema educativo tiene que ser muy distinto, pero las personas tienen que ser un término que utilizas mucho y que me fascina: creativas.
Deben ser más creativas, y no solamente asimilar más contenidos académicos en el cerebro, sino ser más creativas. ¿Qué significa eso? ¡Las personas no son creativas por naturaleza! ¿O sí que lo son? ¿Son distintas, o tienen que elegirlo? ¿Cuáles son los secretos para ser creativo?
Ken Robinson:
Pues bien… antes de responderte, déjame que añada algo sobre los retos a los que nos enfrentamos y que, en mi opinión, nos fuerzan a pensar de un modo distinto sobre la creatividad.


Si te interesa el tema mira esta conferencia que dio. Es buenísima sobre todo a partir de minuto 3,5. 
Hay dos grandes fuerzas: la tecnología y la demografía
Hay dos grandes fuerzas: la tecnología y la demografía. Ahora la población ya no solamente se mantiene, sino que crece exponencialmente. Por el camino, evidentemente, hemos dañado el medio ambiente y destruido muchas otras especies.
Todo esto no lo apunto ideológicamente, es una mera constatación científica: hemos creado problemas sin precedentes. Y no lo digo porque sea alarmista, pero me preocupa que no se hable suficiente de estos temas.
Resulta que, irónicamente, el motivo por el que esto ha sucedido es por la creatividad del ser humano. Hay algo en lo que somos totalmente distintos del resto de vida de la Tierra, y es que tenemos una imaginación muy potente.

La creatividad es un paso adelante

Gracias a la imaginación, se puede visitar el pasado y anticipar el futuro; se puede asumir el punto de vista de otra persona. Estoy convencido de que ahí radica el rasgo distintivo de la inteligencia humana.
Gracias a la imaginación, se puede visitar el pasado y anticipar el futuro; se puede asumir el punto de vista de otra persona
La creatividad es un paso adelante. La creatividad significa poner la imaginación a trabajar. También se puede entender la creatividad como imaginación aplicada: es el proceso de tener ideas nuevas que sean valiosas.
Hemos creado nuestro mundo en un sentido literal, y también hemos creado los problemas que han sobrevenido. Sin embargo, podemos recrearlo, ¡estoy convencido de ello! Creo que el poder de la creatividad constituye a la vez la fuente de nuestros problemas y la posible manera de solucionarlos.
Eduardo Punset:
¿Qué podríamos decirles a los jóvenes, y a los padres y madres que no saben qué decir cuando sus hijos les preguntan: «mamá, ¿qué debería hacer, ciencia o cine o arte o danza?» ¿Qué les dirías?
Ken Robinson:
Publiqué un libro hace cosa de un año llamado El elemento: descubrir tu pasión lo cambia todo. Por ejemplo, en mi caso, hay algunas cosas que se me dan muy bien, y otras que se me dan fatal: simplemente se me escapan.
No soy demasiado bueno con las matemáticas: hay muchas cosas que no comprendo. No sé tocar ningún instrumento, carezco de la paciencia necesaria. Sin embargo, para otras cosas tengo confianza, porque se me dan bien.
El elemento trata de esto: de la diversidad. ¿Conoces la expresión, verdad? Decimos que alguien está en su elemento... Y a lo que nos referimos cuando decimos que alguien está en su elemento es que hace algo con lo que se siente cómodo, como pez en el agua.

Déjame añadir algo. Estar en tu elemento me parece que implica dos cosas, no solamente una. En primer lugar, estar en tu elemento significa que haces algo que comprendes de manera natural, para lo que tienes aptitudes.
La vida es orgánica y creativa, creas tu vida a partir de tu imaginación, de tu temperamento y de las oportunidades que generas, las que aprovechas y las que dejas pasar
Pero estar en tu elemento es más que eso, porque conozco a muchas personas a las que se les dan bien cosas que no les gusta hacer. Para estar en tu elemento, tiene que encantarte lo que haces; la clave es la pasión. Si algo te encanta, si algo te apasiona y encima se te da bien, como decía Confucio, nunca vuelves a trabajar, porque vives la vida que te corresponde vivir.
Te conviertes en tu yo más auténtico. Para mí, éste es el quid de la cuestión. Sabes que estás en tu elemento cuando se te altera el sentido del tiempo. Creo que, al final, y en esto se basa lo que digo, si nos replanteamos la metáfora de cómo vivimos, al final todo es energía, es tan simple como eso.
Es una de las grandes nociones de la física, y también del budismo: la vida es simplemente energía. Cuando nacemos, nacemos con una chispa de vida que cuando morimos se extingue. No sé si va a algún otro lugar, hay quien espera y cree que sí, pero lo que sí sabemos es que mientras respiramos y vivimos la energía es lo que nos mantiene.
Sin embargo, la energía no es algo fijo. Creo que la energía varía mucho en función de lo que hacemos.
Algunos mirarán tu agenda y pensarán: «¿cómo lo hace? ¡Ese ritmo acabaría conmigo!». ¡Pero tú obtienes energía con eso! ¡Te carga las pilas! Otros se pasarán el día meditando, y tal vez los observes y pienses: «¿Cómo lo hacen? ¡Yo me moriría de aburrimiento!», pero de ahí es de donde sacan ellos su energía.
Así que la respuesta a un padre que quiere saber qué aconsejarle a su hijo es que lo observe primero. Que no mire al mundo que lo rodea, sino al niño o niña primero, para ver qué le inspira, qué capta su atención… ¿Quién es? ¿Cuáles son las cosas que le entusiasman? ¿Cuáles son las cosas por las que se siente atraído, o las cosas que le provocan rechazo?
¿Te puedo dar un ejemplo procedente de mi libro?
Eduardo Punset:
¡Te lo ruego!
Ken Robinson:
Hay muchos, pero uno de ellos es el de un hombre que ahora es un gran amigo mío, es un tipo fantástico. Se llama Bart Conner. Bart Conner tiene ahora unos cuarenta años y vive en Oklahoma, ahí le conocí.
Cuando tenía 6 años, descubrió que podía andar sobre las manos con la misma facilidad con la que andaba sobre los pies.
Eduardo Punset:
¿Ah, sí?
Ken Robinson:
Así que empezó a hacerlo… Luego descubrió que podía bajar y subir escaleras andando sobre las manos, con la misma facilidad que si estuviera de pie.
Nadie más podía hacerlo, pero él sí, y no le servía para mucho, ¡aunque era muy popular en las fiestas!Constantemente le invitaban a fiestas.
Su madre se lo estuvo planteando y, cuando Bart tenía 8 años, habló con la escuela y les preguntó si podía llevar a Bart al centro gimnástico de la ciudad en la que vivían, que entonces era Illinois.
Le dijeron que sí, y se llevaron a Bart al gimnasio. Él me ha dicho que recuerda perfectamente el día que llegó ahí. Me dijo: «al abrir la puerta y entrar en el gimnasio, pensé que era como Disneylandia; había espalderas, trapecios y trampolines», y añadió: «era embriagador». Y empezó a ir cada día, tan a menudo como podía.
Diez años después, desfilaba en la apertura de las olimpiadas de Montreal representando a Estados Unidos en el equipo de gimnasia masculina. Llegó a ser el gimnasta masculino más laureado de la historia estadounidense.
Ahora vive en Norman (Oklahoma), y está casado con Nadia Comaneci…
Que te recuerdo que fue la primera gimnasta femenina que obtuvo una nota perfecta, de diez. Tienen un hijito encantador llamado Dylan, y dirigen un gimnasio fabuloso.
Además, él y Nadia son dos figuras destacadas del movimiento de Special Olympics (las olimpiadas especiales).
Entre ambos, han ayudado a sacar a la luz las capacidades atléticas de millones de atletas con necesidades especiales. Pues bien, hay dos cosas que querría decir al respecto. La primera es que la madre de Bart, cuando su hijo tenía 8 años…
Estar vivo, en mi opinión, es un proceso creativo y, como con todas las formas de vida, si puedes crear tu vida, puedes recrearla
Eduardo Punset:
Tenía razón.

Ken Robinson:
…le podría haber dicho a Bart: «¡basta ya del numerito de las manos! ¡Para! Resulta molesto. ¡Deja de hacerlo y dedícate a lo que tienes que hacer
Eduardo Punset:
¡Deja de jugar!
Ken Robinson:
«¡Basta! ¡Concéntrate en tus deberes y acábalos!» Pero no lo hizo, porque se dio cuenta de que ahí había algo que para él era importante, que formaba parte de quién era. ¡Los niños lanzan estas señales todo el tiempo!

Lo segundo que quiero apuntar es que, aunque la madre de Bart le animó, jamás podría haber anticipado la vida que tendría. No podía saber, cuando le llevó a ese gimnasio de Illinois, que ganaría la medalla olímpica, se casaría con Nadia Comaneci y ayudaría a millones de atletas con discapacidades.

La creatividad es un proceso muy práctico

La vida es orgánica y creativa, creas tu vida a partir de tu imaginación, de tu temperamento y de las oportunidades que generas, las que aprovechas y las que dejas pasar. Estar vivo, en mi opinión, es un proceso creativo y, como con todas las formas de vida, si puedes crear tu vida, puedes recrearla.
Eduardo Punset:
Por tanto, lo primero realmente es elegir adecuadamente mi medio, y luego conectar con la pasión que siento cuando estoy en mi elemento, ¿no? ¿Cuál sería el segundo secreto de la creatividad?
Creo que mencionas en algún lugar la capacidad de control… ¿a qué te refieres? Controlar tu profesión, controlar tu vida…
Yo defino la creatividad como el proceso de tener ideas originales que aporten valor. Para ser creativo hay que hacer algo, y esto significa que hay que trabajar con algo

Ken Robinson:
La creatividad es un proceso muy práctico. Hay muchas nociones falsas sobre la creatividad. Una de ellas es que todo se basa en dejarse ir, que ser creativo es hacer cualquier cosa que se te pase por la cabeza.
Yo defino la creatividad como el proceso de tener ideas originales que aporten valor. Para ser creativo hay que hacer algo, y esto significa que hay que trabajar con algo.
Se puede ser creativo con cualquier cosa: puedes ser un matemático muy creativo y también puedes ser un químico creativo, un entrevistador creativo, un profesor creativo, un académico creativo, un músico creativo… ¡puedes ser creativo con cualquier cosa que implique inteligencia!
Pero, para ser creativo, hay que poder, con el tiempo, controlar los materiales con los que trabajas, para obtener los efectos que te interesan y seguir el camino que te fijes.
Eduardo Punset:
¿Cuál dirías que es la última cosa, el último secreto para ser creativo?
Ken Robinson:
Lo que me interesa, Eduardo, es convertir la creatividad en algo central, no solamente para la educación, sino también para nuestra vida y nuestra manera de hacer negocios. Mi opinión es que todo el mundo tiene facultades creativas, y que se pueden desarrollar.
cuando alguien dice que no es creativo, simplemente significa que no ha estudiado lo que corresponde y que no lo ha practicado. A veces se cree que la creatividad se limita a las personas especiales, y no es así
Pienso que decir que no eres creativo es como cuando alguien dice que no sabe leer. Cuando alguien dice eso, no entendemos que sea incapaz de leer y escribir, sino que pensamos que lo que nos está diciendo es que no ha aprendido a hacerlo todavía, que todavía no ha estudiado lo necesario, que nadie se lo ha enseñado.
Yo creo que sucede lo mismo con la creatividad: cuando alguien dice que no es creativo, simplemente significa que no ha estudiado lo que corresponde y que no lo ha practicado. A veces se cree que la creatividad se limita a las personas especiales, y no es así.
Eduardo Punset:
…y son creativos.

Ken Robinson:
La tercera idea errónea es que no se puede hacer nada al respecto. ¡Yo digo que se pueden hacer muchísimas cosas! Se puede enseñar a la gente a ser más creativa, ¡y deberíamos hacerlo en la escuela, en el mundo empresarial y en nuestra vida cotidiana!
Esto me recuerda a un hombre con el que trabajé durante varios años para un informe que realicé en el Reino Unido. Se llama Harry Kroto y ganó el Nobel de Química.
Eduardo Punset:
Sí.
Se puede enseñar a la gente a ser más creativa, ¡y deberíamos hacerlo en la escuela, en el mundo empresarial y en nuestra vida cotidiana!
Ken Robinson:
Participó en la comisión que presidí para desarrollar un enfoque creativo de la educación en las escuelas. Pues bien, le pregunté al premio Nobel: «¿cuántos de tus experimentos fallan?» Y su respuesta fue: «la mayoría: más del 90 %». Sin embargo, añadió lo siguiente: «¡fallar no es la palabra!
En ciencia, no se considera un fracaso, estás descubriendo lo que no funciona… ¡y no se puede descubrir lo que sí que funciona hasta que exploras muchas posibilidades que no salen bien!»
Eduardo Punset:
Claro.
Ken Robinson:
También le pregunté, por cierto (porque además es diseñador profesional) cuáles eran las diferencias, según su experiencia, entre los procesos creativos en la ciencia y en el arte, en el laboratorio y en el estudio. ¡Y me dijo que no hay ninguna diferencia! Es exactamente el mismo proceso: hipótesis y pruebas… solamente el resultado es diferente.
Así que ahí está la segunda parte: una parte de ser creativo tiene que ver con lanzar hipótesis, probar cosas, hacer bocetos, explorar posibilidades… pero la segunda parte consiste en ser crítico, hacer juicios sobre los resultados y plantearse: «y bien, ¿funciona? ¿Es lo que buscaba?».
Es un proceso constante para darle forma y moldearlo y, en cuanto comprendamos que ser creativo es un proceso material para el que hay que adquirir destreza y práctica, podremos enseñarlo.
Me parece que deberíamos enseñarlo tan meticulosamente como enseñamos a leer o enseñamos matemáticas, y no solamente en las disciplinas artísticas, sino en la ciencia y en las humanidades… además, deberíamos reconocer que la creatividad no es un elemento adicional en nuestra vida, ¡es lo que le da propósito a la vida humana!

Si te interesa el tema mira este vídeo de una conferencia que dio. Es buenísimo, sobre todo a partir del minuto 3,5. Tiene humor inglés y es muy ameno aunque dure 20'.

martes, 17 de enero de 2012

La emotiva historia de un chico con cáncer y Abidal

Una carta en La Vanguardia relata la historia de superación de un joven con el apoyo del futbolista francés.

 2012-01-15
El barcelonista Eric Abidal, que el año pasado fue tratado para superar un tumor en el hígado, ha servido de ejemplo de superación para un adolescente con un tumor en la cabeza y que recibió la visita en el hospital del jugador azulgrana.
Así lo explica el padre del chico, J. García Serra, en una carta al director que este domingo publica el diario La Vanguardia.
"Tienes en la cabeza lo mismo que ha tenido Abidal en el hígado, y mañana te lo sacarán", es lo único que fui capaz de decirle a mi hijo de quince años, completamente trastornado por la terrible noticia que yo había conocido dos minutos antes. "Papá, cómprame la camiseta de Abidal. Lucharé como él y ganaré mi Champions", me respondió. No lloró. Fue el único que no lo hizo.
Entró en el quirófano con la camiseta de Abidal, y estuvo colgada en la cabecera de su cama, como una especie de objeto sagrado, durante toda la estancia hospitalaria.
Una semana después de la operación, coincidencias, en una tienda me encontré a Abidal, a quien nunca había visto antes. Le expliqué nuestro caso y con el móvil le enseñé las fotos de mi hijo con su camiseta en el hospital. Le agradecí la fuerza que nos ha dado su ejemplo. "Yo también quiero conocer a Abidal", decía mi hijo cuando se lo conté.
Después de cinco meses de operaciones, radioterapia y quimios, el pasado jueves 5 de enero algunos jugadores del Barça visitaron a los niños en el hospital. En nuestra planta los tres jugadores designados eran Puyol, Alexis y Éric Abidal, gracias a una enfermera que hizo que nos tocara Éric. Cuando Abidal entró en la habitación abrazó a mi hijo, que por primera vez lloraba sin consuelo. "Vamos, vamos, hermano, que yo estoy aquí para animarte. Yo también estoy peleando contra esta enfermedad y voy a montar una fundación que alegre y haga masajes a los chicos enfermos", le dijo a mi hijo.
Cariñoso, tierno, simpático, durante diez minutos no paró de abrazarlo. Todos estábamos muy emocionados y agradecidos.Antes de irse, al hacer un comentario del reloj, se quitó su Rolex Daytona y se lo puso al niño: "Toma, quiero que te lo quedas. Detrás está grabado mi nombre". Fue imposible hacerle desistir y devolverle el reloj. "Lo que vale ya no me importa. Quiero que el esté feliz".
Nos abrazó y continuó el recorrido por las habitaciones. Miré a mi hijo, nunca podré olvidar la expresión de felicidad que tenía, ya no se lo recordaba. Por la noche encendió la luz varias veces para mirar la inscripción que hay detrás del reloj. Mi mujer y yo no sabemos como agradecer a Abidal su atención y generosidad. Lo mínimo que podíamos hacer era escribir esta carta.
La visita de los jugadores mejoró más el estado de ánimo de los niños que cualquier medicamento. Esto hace que el Barça sea algo más que fútbol. Admiramos a Pep, Messi, Xavi, Iniesta, Puyol, pero, pase lo que pase, el gran ídolo de mi familia para siempre será Éric Abidal. Para nosotros es más que un jugador. Mucha salud a los niños enfermos y un abrazo fuerte a sus padres."