domingo, 15 de julio de 2012

CURIOSIDAD: ¿Sabes qué es un "GOOGOL"?

Un googol es un número grande, equivalente a 10100 (o sea un 1 seguido de 100 ceros). Este número fue introducïdo en 1920 por Milton Sirotta a los 9 años de edad, sobrino del matemático norte-americano Edward Kasner. Aunque no tiene ninguna utilidad en el mundo de las matemáticas, se utiliza para  ilustrar la diferencia entre un número inimaginablemente grande y el infinito.
1 googol= 10100=10,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000
Más extensiones de este número son el googolplex, equivalente a 10googol:
1 googolpex = 10googol = 1010100 = 1010,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000
También existe el googolplexian, equivalente a 10googolplex:
1 googolplexian = 10googolplex = 101010,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000

domingo, 8 de julio de 2012

UNA FORMA CREATIVA DE BUSCAR TRABAJO

A Núria Fuster, profesora que se ha quedado en paro porque han cerrado su colegio, se le ha ocurrido una 
forma muy inteligente de darse a conocer:



miércoles, 13 de junio de 2012

PELÍCULA "EL FIN ES MI PRINCIPIO" (2010)



Es una película de las que hace pensar. Tuvimos la ocasión de hacer un cinefórum con todos mis primos y fue muy interesante pues se le puede sacar mucho partido. Nuestro primo Javier Mel·loni nos la introdujo:

Es del director alemán JO BAIER (1949), director i guionista de films menores como “Operación Valkiria” (2004) o “No todos fueron asesinos” (2006) –sobre Alemaia en tiempo nazi-.

Se trata de una aproximación al personage real TIZIANO TERZANI (1938-2004), uno dels periodistas más lúcidos i originales del s.XX, a partir de su libro homónimo de memorias, obra póstuma publicada por su hijo en  2006.

Muere en el pueblo d’Orsigna, en los Apeninos, cerca de Florencia, donde se retiró los últimos meses para  prepararse a morir a los 65 años.

Otras de sus obras:
“Piel de leopardo” (1973) sobre la guerra del Vietnam.
Hizo un documental sobre Teresa de Calcuta.
“Cartas contra la guerra” (2001), donde toma una postura diferente a la de Oriana Fallaci delante del 11-S 2001.
“Otra ronda del torneo” (2004), donde recoge situaciones muy diversas del mundo, entre Oriente y Occidente buscando medicinas alternativas: "Viajar ha sido siempre para mi una manera de vivir, y ahora se había tomado la enfermedad como otro viaje: un viaje involuntario, no previsto, para el cual no tenía mapas geográficos, para el cual no se había preparado de ninguna manera, pero que de todos los viajes hechos hasta el momento era el que requería más compromíso, el más intenso (...). pero al cabo de poco tiempo, el objetivo de mi viaje no era tanto la curación del cáncer, sino que se convirtió en la búsqueda de la curación para la enfermedad que nos afecta a todos: la mortalidad."

Austera película con largos diálogos en un pueblo de la Toscana de Tiziano Terzani con su hijo.  Dos hombres, dos mujeres y dos nietos. Tres generaciones con los dos géneros equilibrados.

Tiziano tenía 33 años cuando fue a la China y su hijo Folco tiene 35 años.

Más que de morir, Tiziano habla de abandonar el cuerpo.

“La muerte es la única cosa nueva que me puede suceder”.

En la China vió la realidad a partir de un filtro ideológico.

“¿Para qué sirven les revoluciones? No sirven de nada si no comienzan por el cambio de uno mismo”. Se da cuenta a lo largo de su vida de que, más importante que la revolución exterior es la revolución interior.

“Hace falta el cambio cualiativo del ser humano. Es imprescindible la revolució dentro de uno mismo”

“Libertat de ser el que uno es”.

“La gran lucha del futuro será contra el mercado que decide por nosotros”.

“Hemos de renunciar a muchas cosas y ayunar”.

“Una guerra nunca da lo que promete (...).Una guerra nunca ha puesto fin a otra guerra”

Pone unos ojos a un árbol para que sus nietos se den cuenta de que el árbol está vivo.

Interpela a su hijo para que no deje a medias las cosas. No está en desacuerdo con lo que hace, sino en que no llege hasta el final de ninguna de ellas. Folco se hará responsable del libro hasta el final.

“Tu identidad no hace más que limitarte”. Después de los tres años de retiro en el Tíbet se cambia el nombre de Tiziano por A-nam: “El que no tiene nombre”.

“Estar iluminado es ver todo tal como es, reconocerlo en su totalidad”.

“La verdad es un país sin caminos (...). Hace solo unos cuantos años no lo habría entendido”.
  
“Si pudiera, me moriría riendo”.

Experimentó la iluminación viendo el vuelo de una mariquita: delante de un precipicio abismal, voló con sus pequeñas alas.

Se siente parte de ser cósmico. “Quizá solo fue una gota (su il.luminación) pero yo lo sentí como si fuera el océano”.

Indiferencia majestuosa de la naturaleza delante del que nace y del que muere.

“He sido muchas cosas, pero al final no soy nada”.

Le pregunta a su hijo en la cima de la montaña: - ¿Qué ves cuando contemplas el mundo?
Al principio no le contesta. Lo hará más tarde: “Antes me veía separado. Ahora me veo formando parte del Todo, parte de la belleza de la vida. Solo hace falta dejarse caer dentro de esta belleza”.
No se da ninguna importancia a él mismo; “No soy ninguna excepción”.

“La muerte es el miedo a perder todo lo que tienes”.

Muere en la gompa,  la cabaña de ermitaño, en recuerdo de los tres años que estuvo en el Tíbet haciendo un retiro de tres años con un maestro.

Encontramos en él, el Principio de oceanización y de totalidad (Oriente): “El tú que pertenece al Todo”  y a la vez el principio de personalización (Occidente): “Hace falta construir una vida propia en la que te reconozcas a ti mismo”.

En definitiva, el mensaje de esta película es que quien no tiene miedo a la vida, no tiene miedo a la muerte y que quien sabe vivir, sabe también morir, porque son las dos caras del mismo don y del mismo misterio de existir.

jueves, 17 de mayo de 2012

¿QUIÉN ES RICO?

Armando Fuentes Aguirre,"Catón", es un periodista mexicano brillante y con gran sentido del humor:

"Me propongo demandar a la revista "Fortune", pues me hizo víctima de una omisión inexplicable. Resulta que publicó la lista de los hombres más ricos del planeta, y en esta lista no aparezco yo. Aparecen, el sultán de Brunei y también los herederos de Sam Walton y Takichiro Mori. Figuran ahí­ también personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, Stavros Niarkos, y los mexicanos Carlos Slim y Emilio Azcárraga.
 
Sin embargo a mí­ no me menciona la revista. Y yo soy un hombre rico, inmensamente rico. Y si no, vean ustedes: tengo vida, que recibí­ no sé por qué, y salud, que conservo no sé cómo.  Tengo hermanos que son como mis amigos, y amigos que son como mis hermanos.
 
Tengo gente que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos, y a la que yo amo con sinceridad a pesar de mis defectos. Tengo cuatro lectores a los que cada dí­a les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal. Tengo una casa, y en ella muchos libros (mi esposa diría que tengo muchos libros, y entre ellos una casa). Poseo un pedacito del mundo en la forma de un huerto que cada año me da manzanas que habrá­n acortado aún más la presencia de Adán y Eva en el Paraí­so. Tengo un perro que no se va a dormir hasta que llego, y que me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra.

Tengo ojos que ven y oí­dos que oyen; pies que caminan y manos que acarician; cerebro que piensa cosas que a otros se les habí­an ocurrido ya, pero que a mí­ no se me habí­an ocurrido nunca. Soy dueño de la común herencia de los hombres: alegrí­as para disfrutarlas y penas para hermanarme a los que sufren. Y tengo fe en Dios que guarda para mí­ infinito amor. ¿Puede haber mayores riquezas que las mí­as?
¿Por qué, entonces, no me puso la revista "Fortune" en la lista de los hombres más ricos del planeta? ¿Y a ti, cómo te consideras? ¿Rico o pobre?"
HAY GENTE POBRE, PERO TAN POBRE,
QUE LO UNICO QUE TIENE ES... DINERO.
Armando Fuentes Aguirre (Catón)

viernes, 4 de mayo de 2012

STIEG LARSSON, autor de la trilogía “Milenium” pero sobre todo un hombre que vivía su sueño.


Gracias a un libro regalado por La Vanguardia me he enterado que Stieg Larsson, uno de los escritores más leídos del mundo, era en realidad un hombre que dedicó toda su vida un sueño: luchar activamente contra el racismo y la xenofobia. 

Su pasión vital, que le absorbía y le obsesionaba era estar al lado de la gente débil y desprotegida y defender a los que no podían defenderse solos. Estaba dispuesto a pagar un precio bien alto para cambiar las cosas. Recibió varias amenazas de muerte y la policía le recomendó llegar siempre muy tarde a sus citas. Era una persona valiente y comprometida. Creía firmemente en la igualdad de las personas.

Era periodista y fue fundador de una revista llamada Expo, versión sueca de la revista británica llamada Searchlight, un periódico sin finalidad de lucro que pretendía defender la democracia y la libertad de expresión para escribir sobre los racistas, la extrema derecha, los antisemitas y las tendencias totalitarias de la sociedad. Para poder subsistir se asoció más tarde con otra revista independiente llamada Svartvitt donde trabajó durante diez años con su gran amigo Kurdo Baksi que es el autor del libro que he leído.

Dicen sus amigos que era muy trabajador, que pensaba que él solo podría cambiar el mundo si trabajaba lo suficiente. Ya de joven hacía fotografías para documentar las injusticias del mundo.

Su carácter y su  inquietud política le venían de su madre Vivianne Böstrom  que trabajó a favor de los discapacitados y estaba en el comité para la igualdad, y de su abuelo Severin Böstrom, un declarado antinazi que le transmitió la idea de que una persona puede conseguir mucho si una cosa le interesa de verdad.

Su gran energía le permitía escribir sus novelas por la noche. Creen que las escribió casi simultáneamente pues quería enlazar bien los personajes y por eso no fue hasta que acabó la tercera novela que fue a un editor para ver si se las publicaban. El primer editor se las rechazó pero el segundo editor supo reconocer enseguida que serían un éxito y firmó un contrato para publicar las tres y le pidió los derechos de autor para hacer las películas.

Murió a los 50 años de un infarto antes de conocer la fama. Pero su intención al escribir sus novelas fue conseguir dinero para poder dedicarse al periodismo de investigación y denunciar injusticas que era lo que le dio sentido a su vida.